Publicado no sítio AmerSur, Buenos Aires, Argentina, 06 de janeiro de 2016.
El Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior (MDIC) divulgó, en 4 de enero de 2016, las estadísticas del desempeño del Brasil en el área de la balanza comercial en 2015. De acuerdo a los números del MDIC el país tuvo un saldo comercial de U$S 19, 7 mil millones de dólares, el mejor de los últimos cuatro años. La buena noticia comprendió tanto el valor cuantitativo absoluto de las exportaciones y también el perfil cualitativo de las mismas.
El abatido sector industrial brasileño, que mucho sufrió en los últimos años por una política cambiaria desequilibrada, fue el que más colaboró con el resultado positivo, con 51,9%, superando a los productos básicos, que respondieron por el 45,6% de las ventas externas. El mes de diciembre de 2015, cuando ya regía la nueva realidad cambiaria y su mantención se afirmaba, fue que presentó el mejor resultado.
El buen desempeño de la balanza comercial del año pasado coloca las reservas cambiarias
brasileñas en alrededor de U$S 390 mil millones de dólares, una de las mayores del mundo. Es sabido que las reservas cambiarias de un país son el principal factor de credibilidad para la atracción de las inversiones externas, a la par que permiten tanto la repatriación de las inversiones como de las eventuales remesas de lucros al exterior. Las reservas, además, aseguran el cumplimiento tanto de los agentes públicos cuanto del sector privado, de los empréstitos tomados junto a los mercados financieros voluntarios internacionales.
La situación muy favorable de Brasil puede ser aún mejor evaluada cuando se hace un análisis comparativo de las reservas externas. De hecho, Brasil tiene aproximadamente tantas reservas externas cuanto todos los otros países de América Latina en conjunto. Nuestras reservas son equivalentes a las de Alemania, Francia y España sumadas y también próximas a las de los Estados Unidos de América (EUA), país que emite su propia moneda de reserva.
Ahora que Brasil ya hizo el necesario ajuste cambiario, llevando el tipo de cambio del Real a un nivel realista y compatible con las necesidades de competitividad internacional de la economía brasileña, tenemos como resultado una plataforma de estabilidad para la producción en el país, destinada al mercado exterior.
La posición saludable de las reservas, juntamente con la estabilidad cambiaria en un nivel razonable, para además de alejar la fuga de capitales brasileños, trae credibilidad al país y estimula al sector privado doméstico a la inversión destinada a la producción de bienes, mercaderías y servicios a ser colocados en los mercados internacionales. Poco a poco, ese escenario potencialmente virtuoso puede ocasionar también repercusiones positivas en elorden económico interno, mejorando otros índices.
Parece cierto que los números del sector externo brasileño el año pasado estimulan y recomiendan una reanudación de las inversiones privadas nacionales y extranjeras, apuntando a una mayor actuación en el comercio internacional.
Estamos en buen camino.
Traducción AmerSur